Raúl Modesto Castro Ruz (Birán, Holguín, 3 de junio de 1931). Ostenta el grado de General de Ejército —máximo escalafón de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)— y fue primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC) —principal organización política del país— hasta abril de 2021. 

Desde el 24 de febrero de 2008 fue oficialmente presidente del Consejo de Estado y de Ministros de la República de Cuba; fue reelecto para los mismos cargos en febrero de 2013. Hacia el 19 de abril de 2018 los abandonó en favor del sustituto designado, Miguel Díaz-Canel[1] .

Durante el VI Congreso del PCC, en abril de 2011, fue elegido primer secretario del Comité Central del Partido. Hasta abril de 2021 ocupó ese puesto, considerado el más alto en la jerarquía del régimen, incluso por encima del de presidente de la República; actualmente, el cargo recae en Díaz-Canel.

Antes de esas confirmaciones oficiales, desde el 31 de julio de 2006 Raúl Castro había estado al frente del Estado y del Partido de manera interina luego de que su antecesor, Fidel Castro, presentara una gravísima enfermedad que le obligó a transferir el poder a su hermano[2] . 

Estuvo al frente del ejército durante 49 años, de 1959 a 2008. Aunque dejó el cargo de ministro de las FAR en febrero de 2008, conserva el máximo grado que se le ha otorgado a un militar cubano —lo obtuvo en 1976—[3] .

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Junto con su hermano Fidel Castro, Raúl es uno de los líderes de la Revolución Cubana que sobrevivió a la tormentosa primera década del régimen y pudo mantenerse en la cima del poder hasta el siglo XXI. Compuso el grupo original de opositores que más tarde se conocería como Movimiento 26 de Julio, quienes decidieron combatir la dictadura de Fulgencio Batista (1952-1959) por la vía de las armas. La primera acción del grupo, en la que participó Raúl, fue el asalto al Cuartel Moncada (1953), ubicado en la ciudad de Santiago de Cuba; la intentona terminó con los asaltantes en la cárcel.  

La presión de la sociedad civil, algunos amigos poderosos cercanos al dictador y cierta lenidad de Batista hacia los jóvenes, hizo que salieran de prisión en 1955. La travesía posterior los conduciría del ostracismo al poder. Castro emprendió el exilio en México, donde organizó la expedición del Granma junto a su hermano. El propósito era desembarcar en el oriente de Cuba y organizar allí una guerrilla. La estrategia tuvo éxito: el tirano, sin base social y con su ejército deshecho y abatido, huyó en la Nochevieja de 1959.

Luego de cambiar las ropas de guerrillero por las de hombre de Estado, la carrera de Raúl Castro se definió casi al momento. En febrero de 1959 se convirtió en jefe de las FAR, cargo que desempeñaría hasta 2008. Sin embargo, su posición en la jerarquía revolucionaria no estaba clara. El más joven entre los hijos de Ángel Castro no parecía ser una figura más importante que Camilo Cienfuegos o Ernesto Guevara. Los acontecimientos terminaron por colocar a Raúl en el sitio que, sin variaciones, ocuparía hasta la muerte de su hermano, es decir, como el segundo hombre del régimen, encargado de sustituir al máximo líder en caso de emergencia y apoderado del ejército, una de las columnas sobre las cuales se erige el poderío de los Castro. En 1965, con la creación del PCC, ocupó el cargo de segundo secretario, sólo por detrás de Fidel[4] .

Al reorganizarse la estructura estatal, en virtud de la Constitución de 1976, Raúl Castro fue elegido por la Asamblea Nacional primer vicepresidente del Consejo de Estado, segunda magistratura de la República, y ocupó igualmente la primera vicepresidencia del Consejo de Ministros. Fue reelegido para esos cargos en febrero de 1998 para un mandato de cinco años[5] [6] . Con este nombramiento Castro completaba su andadura como “segundo hombre” de la “Revolución”, detrás de su hermano Fidel. Según lo previsto, debía asumir la presidencia en caso de ausencia, enfermedad o vacante del caudillo. Ese mismo año, 1976, obtuvo el grado de General de Ejército, el más alto de las Fuerzas Armadas, el mismo que ostenta hasta hoy de manera exclusiva.

A Raúl Castro se le conoce por ser un hombre más práctico que su hermano Fidel Castro. El mayor de ambos, y jefe supremo del régimen, se dejaba guiar fácilmente por sus criterios personales sin tomar en cuenta las posibilidades reales de su país o los costos de cualquier empresa. En cambio, Castro tiene una personalidad metódica y precavida, más cercana a la de un tecnócrata que a la de un líder de hombres[7] [8] . 

Colaboradores cercanos y opositores aseguran que el general de ejército acepta críticas y toma en cuenta a sus consejeros; en cambio, Fidel era arrogante y soberbio. Una ejemplificación de estas dos personalidades contrapuestas ocurrió a inicios de la década de 1990, cuando Cuba vivió la mayor crisis económica de la era revolucionaria, tras la caída del campo socialista. Fue el menor de los Castro quien convenció a su testarudo hermano para iniciar las reformas pro-mercado que salvarían la economía cubana de la debacle. Fidel era reacio a tomar una medida de este tipo, porque temía una liberalización del país, que pusiera en peligro el “proyecto revolucionario”[2] . 

El visto bueno del caudillo dio la posibilidad a Raúl de poner a los militares a la cabeza de algunas de las empresas mixtas con inversionistas extranjeros más rentables de Cuba, especialmente en el sector del turismo. Ese proceso no se detuvo, sino que siguió creciendo, sobre todo desde que asumiera el poder pleno en 2006. Actualmente, los militares controlan casi todas las empresas de bienes y servicios que dan algunos dividendos a la maltrecha economía cubana[9] .

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El ascenso de Castro al primer puesto del régimen cubano estuvo marcado por dos decisiones: el restablecimiento de relaciones diplomáticas con EE. UU., el principal adversario de su gobierno desde 1959, y las reformas económicas de 2008, que generaron esperanzas de liberalización tan intensas como frustradas. 

En enero de 2008, Raúl Castro comenzó a aplicar una de las reformas más profundas llevadas a cabo en la isla desde 1959: una reducción del número de puestos de trabajo en la administración central del Estado, alrededor de 1,8 millones de personas que, en principio, deberían engrosar la economía de mercado, a la cual se miraba con benevolencia. La reforma estuvo acompañada de una expansión de la economía de mercado; expansión modesta en términos generales, pero notable para un sistema de origen soviético[10] . 

También se toleraron medios independientes y organizaciones contestatarias; muchos críticos aprovecharon la ocasión para hacerse notar en la vida pública. Pero, hacia 2016, comenzó una contrarreforma que revirtió muchas de estas medidas y devolvió el sistema a los hábitos represivos y antimercado de años precedentes[11] [8] . No se sabe exactamente qué papel jugó Castro en ambas etapas, pero su opinión debió ser indispensable para tomar cualquier decisión. 

Un cambio sustancial en el contexto internacional de Cuba se produjo a partir del 17 de diciembre de 2014, cuando se hizo público el acuerdo alcanzado entre las autoridades cubanas y estadounidenses para recomponer las relaciones diplomáticas. El llamado “deshielo” entre ambos países incluyó el establecimiento de embajadas en Washington y La Habana, una visita del presidente Barack Obama a Cuba en 2015, y el relajamiento de algunas sanciones del gobierno de EE. UU. a la isla. Sin embargo, no fue más allá. 

Según analistas y medios especializados, la visita del presidente demócrata a la isla provocó tal impresión en la cúpula comunista, que comenzaron a revertir las reformas promercado y la posición de cordialidad hacia EE. UU. En 2016, con la entrada de Donald Trump a la Casa Blanca, Washington retomó la política de “mano dura” con su adversario caribeño. Es difícil saber cuál fue el papel de Raúl Castro en este juego, debido al secretismo del régimen cubano, pero como principal figura política del país es razonable pensar que estuvo involucrado directamente en el regreso al inmovilismo[12] .

Desde entonces, y hasta 2021, el régimen cubano arreció la persecución a miembros independientes de la sociedad civil, cambió su política de promoción de la propiedad privada y reactivó el discurso de enfrentamiento a EE. UU. Analistas bien informados sobre la actualidad cubana consideran que, detrás de este giro reaccionario, estuvo la cúpula empresarial del Ejército, preocupada por la competencia de los empresarios nacionales y extranjeros empoderados con la reforma.

En abril de 2021, durante el VIII Congreso del PCC, Castro anunció oficialmente que abandonaba el mando de esa organización, el máximo puesto en la jerarquía del sistema político cubano. En principio, significaría que perdió su lugar como la figura más poderosa del régimen, sin embargo, diversos analistas aseguran que Castro mantendrá su influencia tras bambalina y que los cambios en el Buró Político del PCC y el poder casi absoluto de que goza su familia son garantías suficientes para manejar el gobierno sin necesidad de un puesto oficial[13] . 

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La vida personal de los Castro siempre ha permanecido entre brumas, por lo que genera especulaciones de todo tipo. De dominio público es que Raúl contrajo matrimonio el 26 de enero de 1959 con Vilma Espín Guillois, combatiente de la lucha clandestina y a quien había conocido en la Sierra Maestra. 

El matrimonio tuvo cuatro hijos: Déborah, Mariela, Nilsa y Alejandro. Familiares, amigos del general y opositores lo califican como un hombre familiar, preocupado por el bienestar de su progenie, y discreto en la revelación de datos personales[14] .

Referencias

• ^ 1.  Raúl Castro Ruz. Recuperado de Ecured el 8 de marzo de 2021:  https://www.ecured.cu/Ra%C3%BAl_Castro
• 2 a b Ibidem
• ^ 3. Raúl Castro Ruz. Recuperado de Wikipedia el 8 de marzo de 2021: https://es.wikipedia.org/wiki/Ra%C3%BAl_Castro
• ^ 4. Roberto Ortiz (2008). “Raúl Castro Ruz”, en Barcelona Centre for International Affairs. Recuperado el 8 de marzo de 2021: https://www.cidob.org/biografias_lideres_politicos/america_central_y_caribe/cuba/raul_castro_ruz
• ^ 5. Raúl Castro Ruz.
• ^ 6. Ecured
• ^ 7. Roberto Ortiz, art. cit
• 8 a b .
• ^ 9. Lenier González (2020). “La transición que no fue en Cuba”, en 14ymedio. Recuperado el 8 de marzo de 2021 de: https://www.14ymedio.com/cultura/transicion-Cuba_0_2835316445.html?platform=hootsuite
• ^ 10. Roberto Ortiz, art. cit
• ^ 11. Lenier González, art. cit
• ^ 12. Ibidem.
• ^ 13. Marcell Felipe (2021). “The Castros Still Run Cuba”, en The Wall Street Journal. Recuperado el 20 de abril de 2021 de: https://www.wsj.com/articles/the-castros-still-run-cuba-11618783289.
• ^ 14. Mario J. Pentón (2019). “Una nieta de Raúl Castro alquila mansión habanera por $650 la noche en Airbnb”, en El Nuevo Herald. Recuperado el 8 de marzo de 2021 de: https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article229086619.html.