Fidel Alejandro Castro Ruz
Primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba desde la creación de esos organismos hasta su retiro formal por un deterioro de su salud. Principal líder de la revolución que derrocó a Fulgencio Batista y consagró el régimen imperante en Cuba desde 1959.
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Fotografía proporcionada por: http://www.fidelcastro.cu/
Fidel Alejandro Castro Ruz (Birán, 13 de agosto de 1926 - La Habana, 25 de noviembre de 2016). Primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), de 1965 a 2011, y presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, de 1976 a 2008.
Ocupó también los cargos de primer ministro (1959-1976) y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias desde 1959 hasta 2008 —primero como una designación especial de 1961 a 1976, y luego en su condición de jefe de Estado. Fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular desde 1976 por el municipio Santiago de Cuba[1] .
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Considerado una de las figuras más influyentes de la historia de Cuba, Fidel Castro ocupó el puesto principal tras el triunfo revolucionario de 1959 hasta su muerte, una posición que le otorgó poderes casi ilimitados en la dirección de los asuntos económicos y políticos de la Isla por casi 50 años.
Castro proviene de una familia de campesinos gallegos que se asentaron en Cuba a finales del siglo XIX. Estudió derecho en la Universidad de La Habana, por la que se doctoró en 1950. Sin una ideología definida en aquel momento, durante su estancia universitaria tomó contacto con los movimientos estudiantiles y se unió al Partido Ortodoxo, organización liderada por Eduardo Chibás, cuyo programa incluía la lucha contra la corrupción, la industrialización y la democratización del sistema político[2] .
Aunque su actividad como activista estudiantil fue intensa, su nombre alcanzó la fama al participar en la lucha contra la dictadura instaurada por Fulgencio Batista en 1952. Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba (1953), que se saldó con un fracaso: el cuartel no llegó a ser tomado y la acción no provocó la esperada insurrección popular. Pese al descalabro militar, Castro se anotó una victoria política, ya que aquel acto dio a sus protagonistas una gran popularidad que se vio acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político, La Historia me absolverá.
Fidel Castro fue condenado a quince años de prisión, de los que sólo cumplió dos (en la isla de Pinos) merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió en México, desde donde preparó una expedición que desembarcó en el oriente de Cuba en 1956 para iniciar la lucha guerrillera contra el dictador que lo llevaría a la fama universal y el poder absoluto dos años más tarde, a pesar de que nadie habría apostado un céntimo por el diminuto grupo de 82 hombres que iniciaron la lucha y comenzaron con malos pasos, al ser casi aniquilados en su primer combate contra las tropas de Batista, en diciembre de 1956[3] .
Con todo, tras dos años de metódico avance por el oriente y centro de la isla, las tropas de Castro, conocidas en ese entonces como Ejército Rebelde, se impusieron al ejército del dictador, quien previamente había perdido el apoyo de buena parte del pueblo cubano y las élites estadounidenses.
Erigido en la verdadera autoridad desde el puesto de comandante en jefe de las nuevas Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR, instituidas oficialmente el 2 de diciembre de 1961), convertido en un ídolo para el pueblo cubano y elevado al rango de celebridad internacional, Castro conquistó muchas simpatías en todo el mundo por su proclamado ideario antiimperialista, nacionalista y reformista, y por la aureola romántica y justiciera que envolvía a la Revolución.
El tinte moderado y conciliador de los inicios de la Revolución, que no pareció importunar a las clases altas y a los Estados Unidos, no tardaría en desaparecer bajo los efectos de un brusco giro político. Los procesos contra los colaboradores de Batista y la marginación del poder de los sectores liberales, que culminaría con la renuncia del presidente Urrutia (julio de 1959), marcaron el principio de un cambio de línea en el proyecto revolucionario[4] .
Sin pérdida de tiempo, Castro empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos, la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para dar medios de vida a los campesinos pobres. A partir de mayo de 1959, la aplicación de la Ley de Reforma Agraria supuso la nacionalización de los inmensos latifundios de las compañías extranjeras.
El hecho provocó la inmediata hostilidad del gobierno estadounidense; sin embargo, la actitud de Estados Unidos acabó por estimular un resultado opuesto al esperado. Fidel Castro dictó medidas drásticas, como la expropiación de los bienes de las compañías norteamericanas en Cuba, que extendieron el apoyo popular a la Revolución. En 1960 se nacionalizaron las centrales azucareras, las principales industrias, los bancos y las refinerías petrolíferas.
Ese indudable contenido socializante y nacionalista que tuvo en un principio la Revolución cubana se radicalizó a causa de la dinámica de enfrentamiento con el gobierno norteamericano. Mientras Castro llamaba a una revolución general contra el imperialismo en Latinoamérica (Primera declaración de La Habana), el presidente Eisenhower (1953-1961) rompía las relaciones diplomáticas con Cuba (enero de 1961) y decretaba un embargo comercial destinado a ahogar la economía cubana y forzar la retirada de Castro, ya que Cuba dependía casi totalmente de sus exportaciones a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar[5] .
Con la llegada a la Casa Blanca del demócrata John F. Kennedy (1961-1963) no sólo no disminuyó la presión de Estados Unidos, sino que se agudizó con la organización del desembarco de exiliados cubanos armados en la bahía de Cochinos (abril de 1961), un intento de derrocar a Castro que fue repelido con facilidad por el ejército cubano. Después de aquello, Fidel Castro proclamó el carácter socialista de la Revolución cubana y alineó a su régimen con la política exterior de la Unión Soviética (Segunda declaración de La Habana, 1962); al mismo tiempo, eliminó del gobierno a los políticos liberales con los que se había aliado al llegar al poder, y unificó a los grupos políticos que apoyaban la Revolución en un único Partido Unido de la Revolución Socialista.
En 1962 permitió que los soviéticos instalaran en suelo cubano rampas de lanzamiento de misiles con las que podían alcanzarse objetivos en Estados Unidos; descubiertas por el espionaje americano, Kennedy reaccionó con un bloqueo naval a Cuba y la exigencia de retirada de las instalaciones. La consiguiente «crisis de los misiles» estuvo a punto de hacer estallar una guerra nuclear entre las dos superpotencias, que se evitó a última hora al retirar Nikita Jruschov los misiles soviéticos a cambio de la promesa de que no habría nuevos intentos de invadir Cuba y del desmantelamiento de los ya obsoletos misiles norteamericanos en Turquía[6] .
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Conjurado el peligro de una agresión estadounidense y asegurada la pervivencia de la Revolución, el país entró en una fase de estabilidad no exenta de dificultades económicas. El embargo no afectaba solamente a las exportaciones de azúcar y otros productos a los Estados Unidos, sino también a las importaciones desde Estados Unidos a Cuba, que se surtía casi en exclusiva de todo tipo de artículos estadounidenses. El comercio entre ambos países quedó anulado, se congelaron las inversiones cubanas en territorio estadounidense y, con la retirada de la isla del capital norteamericano, la economía productiva cubana quedó privada de financiación.
Cuba sólo podía hacer frente a las consecuencias del embargo con la ayuda soviética; la dependencia de la URSS se extremaría a partir de 1975, cuando los países de la Organización de los Estados Americanos (OEA) se sumaron al bloqueo. La presión norteamericana había convertido al país en un régimen prosoviético y a Fidel Castro en un dirigente comunista más, el primero en el hemisferio americano. En 1965 el partido cambió su denominación por la de Partido Comunista de Cuba, del cual fue elegido secretario general el propio Castro; en 1976 acumuló el título de presidente del Consejo de Estado[7] .
Bajo su dirección, Cuba obtendría algunos logros sociales, especialmente visibles en la erradicación del hambre y de la subalimentación, en la educación primaria y universitaria y en la asistencia sanitaria, materias en las que llegó a constituir un modelo para los países subdesarrollados; pero el coste político y cultural fue considerable, pues exigió un ejercicio dictatorial del poder, con desprecio de las libertades individuales y del pluralismo, bajo la vigilancia continua de un Estado policial.
El régimen desarrolló una política exterior muy activa, basada en la lucha contra el imperialismo, destacando el protagonismo del propio Fidel Castro en el Movimiento de Países No Alineados (cuya conferencia presidió en 1980) y la intervención militar cubana en África (Angola y Etiopía). La economía planificada de inspiración soviética dio algunos frutos iniciales, racionalizando las inversiones hacia objetivos de interés colectivo y facilitando una mejor distribución de la riqueza, pero, al igual que había ocurrido en la propia Unión Soviética, anuló los incentivos y las iniciativas, aisló al país de las corrientes inversoras internacionales y, finalmente, condujo a un agorero estancamiento[8] .
Cuando las dificultades económicas de la URSS impidieron que siguiera subvencionando a la retrasada economía cubana, ésta se hundió en una grave crisis. No obstante, Castro rehusó introducir reformas en un sentido liberalizador, al estilo de la perestroika que auspiciaba Mijail Gorbachov. Salvó así su régimen del desmoronamiento del resto de los regímenes prosoviéticos y de la propia URSS a finales de los años ochenta y principios de los noventa, pero Cuba entró en una etapa crítica en el terreno económico, en medio de la intensificación de las presiones de Estados Unidos, que endureció el bloqueo en 1992. Tras la desintegración de la URSS y el fin de las subvenciones a Cuba, el gobierno de la isla se vio obligado a reformar la economía —por ejemplo, se aceptaron inversiones extranjeras por primera vez desde 1959—, pero Castro cedió a regañadientes, sólo convencido por la pésima situación económica del país y la intervención de su hermano Raúl, a la sazón segundo hombre en el poder.
Con el cambio de siglo, Fidel Castro pudo contar con el apoyo del presidente venezolano Hugo Chávez y de una nueva hornada de dirigentes de izquierdas, como el boliviano Evo Morales. En octubre de 2000 firmó un acuerdo con la Venezuela de Chávez que permitió a Cuba importar petróleo en ventajosas condiciones. Asimismo, Castro promovió la exportación de servicios médicos y educativos a países del tercer mundo, una fuente lucrativa de ingresos para el país[9] .
A mediados de 2006, tras asistir a una cumbre del Mercosur en la Argentina, Fidel Castro debió ser sometido a una intervención quirúrgica que lo obligó a mantener reposo; antes de la operación delegó todas las funciones de gobierno en su hermano Raúl. En febrero de 2008, Fidel presentó su renuncia definitiva debido a un agravamiento de su salud, y Raúl Castro fue confirmado en sus cargos. El nombramiento como nuevo presidente cubano de un compañero de armas de la Revolución de 1959 no despertó grandes expectativas de cambio, y, efectivamente, Raúl Castro no hizo al principio sino continuar la tibia política reformista de años anteriores, limitada a cuestiones económicas puntuales.
A punto de concluir el día 25 de noviembre de 2016, la Televisión Cubana interrumpió sus emisiones para difundir un comunicado del primer secretario y presidente Raúl Castro, en el cual anunció, visiblemente emocionado, la muerte de su hermano mayor, a los 90 años de edad. La impactante noticia de la desaparición de una de las personalidades medulares de la historia del siglo XX cubano provocó una avalancha de reacciones en todo el mundo, del signo más dispar[9] .
Referencias
- ^ 1. Fidel Castro. Ecured. Recuperado el 10 de septiembre de 2022 de: https://www.ecured.cu/Fidel_Castro.
- ^ 2. Fidel Castro. Biografías y Vidas. Recuperado el 28 de agosto de 2022 de: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/castro_fidel.htm.
- ^ 3. Fidel Castro Ruz. CIDOB, Barcelona Centre for International Affairs. Recuperado el 1 de septiembre de 2022 de: https://www.cidob.org/biografias_de_lideres_politicos/america_central_y_caribe/cuba/fidel_castro_ruz
- ^ 4. Fidel Castro. Biografías y Vidas.
- ^ 5. Fidel Castro. Ecured
- ^ 6. John Lee Anderson (2016). “Fidel Castro, ¿el político más astuto del siglo XX?”. BBC. Recuperado el 28 de agosto de 2022 de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38114567
- ^ 7. Fidel Castro. Biografías en Línea
- ^ 8. John Lee Anderson
- 9 a b Ibidem
Nombre
Fidel Alejandro
Apellidos
Castro Ruz
Nombre corto
Fidel Castro
Fecha nacimiento
Fecha de Fallecimiento
País de residencia
Cuba
Raúl Modesto Castro Ruz
Hermano
Antonio Castro Soto del Valle
Hijo
Alejandro Castro Soto del Valle
Hijo
Alex Castro Soto del Valle
Hijo
Sandro Castro Arteaga
Nieto
Titulado
Abogado y Político
Universidad
Universidad de La Habana
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Consejo de Estado 1976 - 2008
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Consejo de Ministros 1976 - 2008
presidente del Consejo de Ministros
Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias 1961 - 2008
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